martes, 21 de diciembre de 2021

LAS PIEDRAS DE LA CALETA

¿Qué voy a decir de La Caleta que ya no se haya dicho? Un lugar mágico donde los haya, un lugar donde enamorados y poetas encontraron la inspiración, pero también es un lugar lleno de historia y de peligros.

En la Punta del Nao y sus aguas se han encontrado numerosos restos arqueológicos de distintas épocas. En la Sala Fenicia del Museo de Bellas Artes de Cádiz, se encuentran numerosos quemaperfumes, entre ellos el Gran Thymiaterion (siglos VII-VI a. C.), estatuillas de terracota, objetos votivos, un capitel con volutas protoeólico, jarras, ánforas, etc. Estos objetos se relacionan con el Templo de Astarté-Venus. Las numerosas ánforas encontradas indican un importante comercio de Gadir-Gades con el Mediterráneo, tanto en época fenicia como romana.

Hay zonas de La Caleta que se utilizaron como cantera, para extraer piedra ostionera. Eso podría explicar las huellas de cortes en las rocas de algunas zonas, como en la "Piedra Cuadrá" y "La Palangana' ( junto al malecón o Paseo Quiñones).
 
 
Las piedras de La Caleta son tan importante para los gaditanos que hasta le pusieron nombre a todas ellas, pero también suponen un gran peligro para los pescadores desde embarcación, algunos de los cuales se atreven a meterse entre ellas en busca de mojarras, sargos, robalos o borriquetes.

Pescar de noche con una caña del país, provista de corchuela con luz y levante en calma, os provocará una de las mayores sensaciones de paz que puede tener un pescador aficionado pero también se puede convertir en una pesadilla, todos los años alguna embarcación resulta siniestrada por el choque con algunas de sus numerosas piedras que se vuelven traicioneras cuando existen mar de fondo y marea vacía.

Aquí os dejo algunas de ellas y los lugares aproximados en los que se encuentran, pero si peligrosas son las que en algún momento de la marea baja pueden verse a simple vista, mucho más peligrosas son las que no se ven, bajos con La Olla, Los Cochinos o El Fraile, suelen dar más de un susto a los confiados navegantes que "mayormente" por desconocimiento, se ensimisman con las bonitas estampas con las que nos deleita el lugar. Yo no pesco allí, no lo conozco lo suficiente así que prefiero ser precavido y disfrutar del paisaje desde lejos y para pescar hay muchos lugares más, aunque ya no es lo mismo.

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