lunes, 24 de junio de 2019

CORVINA GUISADA.- RECETA

Seguimos con otra receta que también persigue respetar el sabor de un pescado, en este caso de trata de la corvina. Un guiso simple, sin apenas aditivos y que nos permitirá saborear el auténtico sabor de la corvina, que a veces queda enmascarado por demasiados ingredientes.

INGREDIENTES:
1 kg de corvina, en trozos o rodajas según el tamaño.
1 kg de patatas
1/4 de cebolla.
1 hoja de laurel.
El jugo de medio limón.
1/2 pastilla de avecrem de pescado.
Aceite de oliva.

PREPARACIÓN:

Trocear la corvina.

Pelar las patatas y hacerlas en rodajas. Picar un cuarto de cebolla. También debemos tener a mano medio limón, el laurel y la pastilla de avecrem.

En una cacelora poner aceite de oliva para cubrir totalmente el fondo.

Añadir las patatas en rodajas, la cebolla troceada, media pastilla de avecrem, la hoja de laurel y añadir agua pero sin  lleguar a cubrir las patatas.

Poner a fuego fuerte y cuándo empiece a hervir bajar a media temperatura. Se trata de mantener la cocción pero con la mínima potencia posible y removeremos un poco la mezcla. No debemos dejar de oir el chop chop característico. Mantener la cocción entre 15 y 20 minutos.

Debemos ir vigilando la textura de la patata, se trata de ir cociéndolas pero sin llegar a que se hagan totalmente, ya que cuándo añadamos el pescado pues tendrá que estar otros diez minutos en cocción y puede que se nos pongan excesivamente blandas y terminen deshaciéndose al manipularlas.

Una vez tengamos las patatas casi en su punto, añadiremos los trozos de corvina.

Tapamos, recordando que el fuego debe estar a media potencia. En total deben estar diez minutos, cinco  minutos de cocción por cada lado. El punto ideal debemos buscarlo en su parte más ancha, cuánto menos cocción tenga, más sabrosa estará, pero recordando que si la dejamos poco tiempo, saldrá cruda y si la hacemos demasiado pues perderá sabor. Probablemente sea lo único complicado de este guiso, llevar la cocción de la corvina hasta su punto exacto que conserve todo su jugo sin que por contra, salga medio cruda.

Ya sólo nos queda servirla acompañada de un vino blanco bien frío. Para este guiso recomiendo el Tierra Blanca seco, que es el complemento ideal para el sabor de la corvina, ambos se reforzarán mutuamente.

jueves, 13 de junio de 2019

DORADA AL HORNO.- RECETA.

Esta receta es fácil, fácil, fácil y os aseguro que es la forma en la que una dorada al horno está más buena y no se altera su sabor original con extraños y exóticos sabores que nos privan de su bouquet a mar.

INGREDIENTES:
1 dorada de unos 2 kilos.
Patatas
1 tomate
1 pimiento
1/2 cebolla
1/2 pastilla de caldo de pescado
Aceite de oliva
Vino blanco.
Sal

PREPARACIÓN:
Lo más importante es tener una dorada bien fresca. Esta fue pescada el día anterior y vale.
 
 Una vez limpia y sin escamas se le pone un poco de sal, y se le añade el tomate, el pimiento y la cebolla, troceados, también se le echa un chorrito de aceite de oliva y medio vaso de vino blanco.

Las patatas se pelan, cortan en rodajas no demasiado finas y se ponen en una sartén con aceite y a fuego lento. Las patatas no deben freirse ni cocerse, sólo pretendemos que se pongan algo tiernas. Es conveniente poner un poco de sal a las patatas, pero no demasiado, entre el caldo y la añadida al pescado ya lleva una cantidad a tener en cuenta.

Una vez tiernas, se ponen en la bandeja con el resto de los ingredientes. Un buen truquito es tapar la cola del pescado con algunas patatas, evita que se queme y protege también el lugar dónde menos carne tiene.
Si la dorada es grande pues interesa darle un par de cortes por la zona más ancha para facilitar la cocción.


Por último, diluímos media pastilla de caldo de pescado en agua y lo echamos por encima.


Ya lo tenemos todo preparado. Calentamos el horno a 190º y cuándo alcance dicha temperatura, metemos la bandeja durante unos 20-25 minutos, según el tamaño del pez.

¿Como saber cuando está en su punto? Pues es fácil, basta con que veamos que la aleta pectoral se levanta sóla, es una señal inequívoca de que ya está en su punto. También podemos tirar de ella y si se desprende con facilidad pues también nos indica que está listo, este último sistema tiene el inconveniente de que hay que acercar la mano al horno caliente y eso, creedme, no es muy recomendable.

Ya sólo nos queda quitarle las espinas y sacar las raciones. Si lo acompañamos con un vino blanco muy frío, ya será la comida perfecta. Para la dorada al horno recomiendo sin dudas, el blanco seco de Barbadillo, que con un leve bouquet dulzón se compenetrará perfectamente con la sabrosa carne de la dorada. Sin grasas, baja en calorías y rico rico rico. ÑAM ÑAM ÑAM.