viernes, 19 de noviembre de 2021

TÉCNICA DE PESCA DE CALAMARES Y SEPIAS DESDE EMBARCACIÓN.

Llegaron noviembre, la bajada de temperaturas y los calamares. Sobre la pesca del calamar está todo dicho así que esto que escribo solo es mi limitada experiencia en el tema y relatando como los pillo en Cádiz.

El calamar se suele pescar desde embarcación a la deriva siendo la mejor época, por donde yo los pillo, entre noviembre y febrero, siempre que haya bajada de temperaturas. En otros lugares cercanos a Cádiz, como pueden las costas de Barbate o Conil, es fácil encontrarlos desde el mes de septiembre.
 
Tradicionalmente los calamares se han pescado de noche aunque los momentos más propicios son al amanecer y al atardecer, pero aunque en menos cantidad, los calamares se pescan perfectamente a cualquier hora del día.
 
El método más usual es dejar el barco a la deriva, aprovechando el viento o la corriente como método impulsor.
 
Es una pesca sencilla y divertida y lo único que necesitamos es una caña lo más sensible posible, esto nos permitirá dejar las cañas en el cañero ya que será el propio "meneo" del barco, el que haga trabajar los señuelos, en cambio si la mar está plato pues nos veremos obligados a tenerla de la mano y ser nosotros los que imprimamos movimiento a los pajaritos (nombre con el que popularmente conocemos a las muestras diseñadas para la pesca de cefalópodos).
 
Los señuelos para esta pesca simulan un pez y van dotados de una doble corona de poteras en su parte trasera. Existen varios tipos:
 
Pajaritos plomados: Se tratan de los pajaritos que llevan un pequeño plomo bajo la cabeza con algo más de peso que la doble corona metálica de forma que cuando están en el agua, es el plomo el que hace que la parte de la cabeza baja hacia abajo, mientras que la flotabilidad del cuerpo del señuelo y el menor peso de las coronas, harán que se eleve por la parte trasera.
 
Una variante a este modelo son las que sustituyen el pequeño plomo delantero por un lastre, generalmente formado por bolas, dentro de su cuerpo, equilibradas de tal forma que consiguen que, estando dentro del agua, el señuelo permanezca horizontal al fondo. Las bolas interiores son móviles y se desplazan por dentro del cuerpo, incentivando el movimiento de este tipo de engaños.
 
 
Por último, están los pajaritos sin lastrar, diseñadas para que la flotabilidad del cuerpo compense el peso de las coronas y consigan mantener al pajarito estabilizado de forma horizontal, es ideal para las aguas calmadas. Pueden ser de plástico o recubiertas de tela.
Una variante más moderna de este tipo de señuelos son los pajaritos fosforescentes. fabricados en unos materiales que tienen la capacidad de retener la luz durante periodos cortos de tiempo. Los pajaritos fosforescentes necesitan una fuente externa de luz (de linterna, frontal, inluso la luz de un mechero o la del día, sirven) que activen sus receptores.

El summum de la sofisticación y modernidad en este tipo de muestras lo forman los pajaritos luminosos, dotados de pilas y luces led.
 
Y como no, los extraplomados, ideales para pescarlos desde costa, a grandes profundidades o en días de fuertes corrientes. Existen desde los 25 gramos a los 44 gramos. Lo tienen todo bueno excepto el precio.
También en la forma de montarlos existen una gran diversidad, se pueden usar de manera individual o en montajes múltiples. Yo uso para esta pesca dos tipos parecidos de montaje, con la diferencia de que en uno de ellos el terminal incluye una clásica potera de plomo. Este aparejo es el recomendado para fondos pedregosos ya que, al trabajar separados del fondo, dificultarán el enganche del aparejo con alguna piedra, lo que suele suponer la pérdida del aparejo.
 
El montaje es muy simple, en una línea de una braza, aproximadamente, introducimos directamente el giratorio que llevan incluidos los pajaritos y con unos nudos y perlitas tope, los vamos fijando a las distancias que queramos, interesa que los nudos tope estén bastante juntos de forma que el mínimo vaivén del barco provoque el movimiento de la muestra, si dejamos que tenga juego lo que se moverá será la línea, permaneciendo el pajarito estático durante mayores periodos de tiempo. Acabamos el aparejo con una gaza en la que pondremos un giratorio con imperdible para fijar la potera.

La segunda variante consiste en utilizar como elemento terminal un plomo incluyendo un pequeño coal y un pajarito lastrado. Este aparejo es ideal para fondos arenosos o libres de piedra y nos reportará mayores capturas de sepias, ya que dejaremos que el plomo vaya deslizándose por el fondo y el pajarito lastrado pescará también muy cerca del fondo.
Si eres de los inquietos a los que les gusta cambiar mucho de señuelos, lo único que debes hacer es añadir a tu montaje unos emerillones giratorios con imperdible que te permitirá cambiar rápidamente una muestra determinada sin tener que cambiar el montaje completo.
Insisto en la conveniencia de hacerlo todo directamente sobre la línea principal, evita muchos líos y enredos.
 
Otro detalle interesante y que repercute directamente en la eficacia del montaje es que las cañas, que serán lo más sensibles posible, deben colocarse en los cañeros de la manera más horizontal al agua que podamos y perpendiculares a la línea de crujía, así conseguiremos un máximo de movimiento en nuestras muestras. La caña central será la que menos movimiento reciba así que aprovechamos para usarla con el aparejo con plomo y que irá arrastrando por el fondo. Las laterales pues a gusto del consumidor pero siempre pescando a profundidades diferentes, así nos aseguramos de que batimos una amplia franja de la columna de agua.
El uso de la sonda es realmente interesante, ya que además de permitirnos ver si existe actividad, nos facilitará controlar exactamente la distancia del fondo en la que nuestros señuelos se están paseando. Aquí podemos ver con total certeza, la profundidad y como están trabajando los señuelos. Los dos pajaritos y la potera están siendo perfectamente detectados así como nos aseguramos de que están realizando los movimientos adecuados para que sean efectivos.

Y aquí unas capturas de mi última salida, bastó un rato para llevar a casa unos calamares para deleitar nuestra mesa.

Cuando existe una materia prima de calidad y fresca pues no son necesarias elaboraciones complejas, para comerlos yo os recomiendo la manera más simple y que más respetará el saber original del calamar y es a la plancha, añandiéndole aceite, sal, ajo y un poco de perejil picado (prescindible) si os apetece. Si además lo acompañamos de un vino blanco de nuestra tierra pues la comida se convertirá en toda una celebración.